ROTA "AL NATURAL - III -
AVES DEL PINAR COSTERO Y
DEL PUEBLO
DEL PUEBLO
Marzo de 2.020
VÍDEO: AVES DE ROTA, PINAR COSTERO Y PARQUES
VÍDEO: AVES DE ROTA, PINAR COSTERO Y PARQUES
En esta tercera entrada de ROTA "AL NATURAL" desfilan las aves de otros lugares del pueblo, como es su pinar costero, dos parques y la zona de Rotamar.
Sorprende cuando paseas por el pinar costero el concierto pajaril que te envuelve, tanto por su intensidad como por la variedad musical de su canto. Destaca en primer lugar la curruca cabecinegra por su densidad de población; otras aves también abundantes son: el verdecillo, el jilguero, el verderón, el mirlo, pinzón vulgar, el mosquitero, torcaces y tórtolas, la urraca, el pardillo, la abubilla ...; en menor medida, el agateador y, ocasionalmente, el papamoscas gris.
En los parques de la Laguna del Moral y de Costa Ballena conviven tanto aves típicas de estanques y jardines como marinas; así, dentro de este grupo, se observan gaviotas patiamarilla y reidora, andarríos chico y vuelvepiedras. Además de ánades, fochas, ánsares y lavanderas, también se encuentran las ya citadas en el pinar y, en esta ocasión, en el parque de la Laguna del Moral, garcilla bueyera y bisbita campestre.
A partir del inicio del estado de alarma por el coronavirus me dediqué en exclusiva a las aves del entorno de la urbanización de Rotamar, bien en vuelo o posadas en tejados y antenas. El mirlo era el más madrugador, pues antes de amanecer ya cantaba al alba; otras aves a destacar en las inmediaciones fueron el gorrión común, estornino, tórtola turca, verderón, verdecillo y la abubilla que, en la primavera anterior, anidó en un desván de una casa próxima. A destacar la observación de un ave exótica, el pico del moral o estrilda común, especie nativa del África subsahariana introducida en muchos lugares del mundo como animal de compañía y, a veces, cautiva en una jaula.
Eché de menos a la lechuza común que, periódicamete, al anochecer, cruza en vuelo fugaz y veloz los jardines del barrio.
Despido el vídeo con una tira de fotos relacionadas con el pueblo pacense de San Pedro de Mérida, parada de descanso en el viaje de Madrid a Rota. Mientras nos preparaban el desayuno, di un paseo por una calle próxima; enseguida, regresé al coche por la cámara. La ocasión lo merecía, pues cientos de ejemplares de avión común reparaban denodadamente una hilera de unos noventa nidos semiderruidos bajo el alero de unas casas. Según me explicó una señora que paseaba con su perro los nidos habían sido destuidos durante el invierno con la fútil excusa de que ensuciaban la acera durante la época de cría. Me indicó que los hechos habían sido denunciados, pero sin consecuencias penales por el momento.
En los parques de la Laguna del Moral y de Costa Ballena conviven tanto aves típicas de estanques y jardines como marinas; así, dentro de este grupo, se observan gaviotas patiamarilla y reidora, andarríos chico y vuelvepiedras. Además de ánades, fochas, ánsares y lavanderas, también se encuentran las ya citadas en el pinar y, en esta ocasión, en el parque de la Laguna del Moral, garcilla bueyera y bisbita campestre.
A partir del inicio del estado de alarma por el coronavirus me dediqué en exclusiva a las aves del entorno de la urbanización de Rotamar, bien en vuelo o posadas en tejados y antenas. El mirlo era el más madrugador, pues antes de amanecer ya cantaba al alba; otras aves a destacar en las inmediaciones fueron el gorrión común, estornino, tórtola turca, verderón, verdecillo y la abubilla que, en la primavera anterior, anidó en un desván de una casa próxima. A destacar la observación de un ave exótica, el pico del moral o estrilda común, especie nativa del África subsahariana introducida en muchos lugares del mundo como animal de compañía y, a veces, cautiva en una jaula.
Eché de menos a la lechuza común que, periódicamete, al anochecer, cruza en vuelo fugaz y veloz los jardines del barrio.
Despido el vídeo con una tira de fotos relacionadas con el pueblo pacense de San Pedro de Mérida, parada de descanso en el viaje de Madrid a Rota. Mientras nos preparaban el desayuno, di un paseo por una calle próxima; enseguida, regresé al coche por la cámara. La ocasión lo merecía, pues cientos de ejemplares de avión común reparaban denodadamente una hilera de unos noventa nidos semiderruidos bajo el alero de unas casas. Según me explicó una señora que paseaba con su perro los nidos habían sido destuidos durante el invierno con la fútil excusa de que ensuciaban la acera durante la época de cría. Me indicó que los hechos habían sido denunciados, pero sin consecuencias penales por el momento.
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